viernes, 1 de noviembre de 2013

Marinilla piensa en los más pobres


La administración municipal de Marinilla les ofrece a sus habitantes diferentes ayudas y alternativas, en este caso para la llegada de la muerte.


La Asociación Mutual Acodema es la encargada de prestar los servicios fúnebres a las personas beneficiadas por la administración de Marinilla, mediante el Acuerdo No. 8 de 2001.


Texto y foto Dayana Villegas Montoya

Desde el año 2002, las personas de los estratos 1, 2 y excepcionalmente el 3 que residen en el municipio de Marinilla, tienen derecho a recibir de parte de la Alcaldía de esa población, el pago de los gastos fúnebres cuando no tienen recursos para hacerlo.

Este subsidio surgió por iniciativa del Concejo Municipal y quedó plasmado en el Acuerdo N° 8 del 4 de junio de 2001. Para llevar a cabo esta disposición oficial, la Administración celebró un contrato con la Asociación Mutual Acodema, la cual aporta el 40% de los gastos. El presupuesto anual destinado para este programa es de 10 a 12 millones, pero puede ser ampliado hasta 6 millones más.

Según Leonardo Orozco, asesor para el Desarrollo Social y Comunitario del Municipio, hasta el momento a nadie se le ha negado esta ayuda, solo basta con que lleven la fotocopia de la cédula de ciudadanía, el certificado o puntaje del Sisben y el certificado de defunción.

Este funcionario, encargado de adelantar esta gestión, dijo que de inmediato él les da una carta a los beneficiados para que se dirijan a Acodema y allí le presten los servicios requeridos. También dice que en este año se ha beneficiado a cinco personas, por un valor total de 7 millones.

Irma González, administradora de Acodema, explica que los gastos cubiertos por la administración incluyen: preparación del cuerpo, cofre, hábito, carteles murales, veladoras y equipo de velación, sala de velación 18 horas o cremación, coche fúnebre (si es dentro del perímetro de Marinilla), trámites civiles y eclesiásticos y libro de novenas.

Este municipio es de los pocos del Oriente Antioqueño que ofrece este beneficio a sus habitantes, pues en otras localidades de la región no han establecido este tipo de acuerdos o desconocen la situación.
A pesar de la relevancia de esta norma, no todos los habitantes la conocen. Consuelo Hincapié, presidenta de la Junta de Acción Comunal del sector Juan XXIII, dice desconocer la norma y por tal motivo no había considerado acudir a esta ayuda en caso de que falleciera alguien de bajos recursos en su comunidad.

Antes de que surgiera este Acuerdo, los encargados eran los presidentes de las juntas de acción comunal, quienes se veían obligados a ir de casa en casa pidiendo un aporte económico para poder realizar el entierro de las personas que lo necesitaban.

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