Alexandra solo necesita dar un clic con el mouse de su computador para arreglar su noviazgo o confirmar la
infidelidad de su novio.
Por: Sara Isabel Calle López
Al entrar en
Facebook, justo antes de revisar notificaciones y mensajes, al lado derecho de
la pantalla aparece una imagen de una pareja feliz y la frase “recupera tu amor, vuelve a la normalidad esa
relación que se destruyó”. Ahí, en ese momento en el que ella ve esta
información, es cuando da el clic. Se abre una página llamada “El
extraordinario Chris”.
“Le pregunté si mi novio
me es infiel, pero empezó a insistir en que le diera plata. Amiga, es que de
pronto no he dado con el que es, me toca buscar a alguien que sí sea bien brujo”,
dice Alexandra.
Lo que ella no sabe
es que este tipo de páginas no son manejadas directamente por los brujos, para
esto hay trabajadores como Felipe, un community
manager que trabaja hace cinco meses para tres brujos en Colombia.
“Los brujos solo
responden al teléfono, el resto lo hago yo”, dice Felipe, quien diseña y
administra los sitios web y las redes sociales de astrología, parasicología y
clarividencia.
Facebook hace poco
cambió sus políticas, ahora la publicidad de esoterismo puede tener fotos de
parejas felices, besándose, junto a las palabras “amarre efectivo”, “conjuros”
y “rituales”, con el fin de mostrar los resultados que dan las consultas.
Los brujos se
globalizaron. A pesar de que ellos residen en Colombia, sus clientes son de
otros países, en su mayoría de Estados Unidos. “No quieren que Colombia sepa de
ellos, es mejor el anonimato. ¿Por qué?, no sé”, asegura Felipe.
La tarea de este community manager consiste en
redireccionar a un número telefónico las preguntas que les hacen a los brujos a
través de las páginas web o redes sociales. Al día reciben 15 llamadas
telefónicas en promedio, por cada una ganan 200 dólares.
Las respuestas en Facebook
y chats compartidos en internet las escribe Felipe con el lenguaje persuasivo
que usan los brujos: “Hija mía, llama a este número y tu problema será
resuelto. Bendiciones para ti”.
La mayoría de quienes
consultan estas páginas son mujeres entre 20 y 30 años. “Son mujeres
despechadas que las dejó el novio, el esposo o el amante. Son mujeres muy
tristes que buscan una solución y en estas personas encuentran ayuda espiritual
y alivio a ese dolor”, afirma el community
manager.
‘Amarres’ de amor
Amarrar un amor por
siempre es la petición más común que reciben los jefes de Felipe. Después están
los que buscan prosperidad y arreglar problemas económicos, y por último,
quienes quieren alejar las personas de su lado.
Una vez hechas estas
peticiones, el brujo exige su pago con el argumento de comprar los materiales
necesarios para el ‘rezo’.
“Vea, eso es tan
efectivo como una oración normal. Crean esperanzas y para ellos está bien.
Igual, ellos se curan en salud al explicar que el amarre no es ciento por
ciento seguro y que no devuelven el dinero”, dice Felipe con una pequeña
sonrisa en su rostro.
No siempre les
escriben para consultarlos, también hay gente que los ataca, especialmente los
evangélicos que lo hacen a diario. Felipe solo dice que no vale la pena
responder a estas ofensas porque siempre van a existir Alexandras.
*Se les reservó el
apellido por confidencialidad a las fuentes.
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